2006-09-11

Observando y Contemplando

En ofrenda y para todos los que buscan ser felices, haciéndolo un poquito diferente, en especial a mi amado Kosho-Tortolito -O3-... y a Carola.

Quiero inaugurar este blog, hermano de Box of Lights, pero más "sensato" (ya Uds. dirán), con el siguiente escrito.

Lo que quiero contarles tiene que ver (sí, como todo lo que cualquiera pueda escribir) con una experiencia propia, algo que conozco, pero esta vez (y en especial porque es el primer granito de esta caja) es algo bastante interno en mi, pero no exclusivo... y tengo la firme creencia de que nos toca a todos.

Seguro muchos de Uds., de una forma u otra, andan buscando el equilibrio en sus vidas o, más bien, en la de los suyos (papá-mamá), quizá aún sin verlo o querer afrontarlo, pero ahí andan. Yo también. Y no importa qué hagan, todo termina relacionándose con ellos (que en realidad va un poco más atrás, a otros familiares, los que probablemente nadie nombró nunca), y las cosas se dan al igual o al contrario de lo que ya se han dado en todo el sistema familiar, pero siempre mostrándonos lo mismo... y uno cegato!

Ok, ok. Hablando mucho... no era de lo que les quería hablar, todo lo que les quiero contar es una anécdota... pero siento que si no lanzaba esas flechas, como que no se entendería mucho ni por qué es especial y asombroso para mi.

Hay por ahí, más que una técnica, una terapia que permite observar con "ojos limpios" al sistema de familia, y que me ha llegado a tocar muy en el fondo... parte de lo que expresa dice que el lugar de la mujer es a la izquierda del hombre. La fuerza de esto puede que vaya más allá de lo que se imagine cualquiera que lea esto: examinen sus alrededores y luego me cuentan cuantas cuaimas asérrimas se empeñan en caminar a la derecha de sus parejas, asumiendo el control, lo dominante, y no permitiendo ser en verdad amadas.

...y lo específico que les quiero contar tiene que ver sobre como una parejita de tortolitos me mostró que es algo que va más allá de un comportamiento humano o una teoría "rara", es más bien un orden natural (o así lo veo hoy).

Desde hace varios meses, en el balcón de mi casa, mi mamá colocó un área en la que ponemos alimentos varios para pájaros y una fuentecita con agua. A diario, recibimos las visitas de unos pajaritos oscuros (entre machos y hembras), y, con particular cariño, una parejita de tortolitas. Sí, los dos únicos de su especie, porque incluso formaron nido en una de las plantas de aquí (llegando a tener varias camadas). Se supondrán que, al ver a diario sus comportamientos, con frecuencia me siento como si estuviera viendo un documental tipo Discovery como "La vida privada de los pájaros"... pero sin que me echen el cuento de cómo es la vida social de la susodicha parejita.

Para hacer el cuento corto, esta mañana llegaron a eso de las 12 del mediodía a engullir una de sus tantas raciones, y luego de llenarse a plenitud (digo yo, porque hay que ver cómo comen), pues se sentaron en el borde del balcón a hacer su "sobremesa", al calor del sol y viendo la vida pasar... lo que me llamó la atención fue, como les comenté un poco más arriba, que el macho se hallaba a la derecha de la hembra, acurrucados uno al lado del otro. Se estiraban, se sacaban los piojitos y esas cosas, pero permanecían en esa posición. Bien, nada del otro mundo, coincidencia quizá... Hasta que un buen rato después, la hembra se volteó, como dispuesta a regresar a comer o vigilar el área. Permaneció así, pero el macho empezó como a inquietarse un poco. Al poco rato, y no sin asombrarme, el susodicho pasó por encima de la hembra y se colocó nuevamente a su derecha. Luego de eso, volvieron a quedarse tranquilos, reposando de nuevo, moviendo las alitas y sacándose sus piojitos (haciéndose mimos, digo yo)... y, ojo, yo no creo en "coincidencias" ;)

Desde niña, siempre he pensado que los animales normalmente muestran mayor inteligencia que los humanos y que son capaces de enseñarnos como lograr la paz en nuestras vidas (esa anhelada incomprendida), si se les observa con detenimiento y abiertos a recibir lo que no queremos ver. Lo que considero un don enorme en nosotros es la capacidad de racionalizar que tenemos y de escoger un nuevo camino, pero está sólo en nosotros decidir el camino. Aprender a respetar ese orden natural dentro de nuestras vidas, y hacerlo un poquito diferente a nuestros ancestros, es la pequeña piedrita que se mueve para lograr construir nuestra verdadera vida :) Vayan y hagan el amor con sus parejas, entréguense al momento infinito y dejen que sus cuerpos los vuelvan a guiar a ese orden que sólo se logra Haciendo el Amor (LOVE) y respetándose, comprometiéndose, honrándose, asumiendo cada espacio, teniendo compasión (con pasión) y tomando el reto con una sonrisa.

Hoy, además, escribo esto en honor a esa parejita que se ha empeñado en mostrarme tanto de lo que ando buscando... y no quería ver, pero ahora respeto en mi.

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